Esta puesta en escena visibiliza lxs cuerpxs humanxs diversxs que se encuentran en la disidencia, desalineadxs de la normalidad, ocupando “un lugar que no les pertenece”, pero que hacen su hogar.
Sus diferencias les hacen pares, sus diversidades les hacen comunidad. Entre rabias y dolores, la ternura y la contención se vuelven un lazo unido en las puntas, un vínculo sin sangre, una decisión personal y política.